Provincia de Girona
La Sala
(Vilallonga de Ter, Ripollès)
42º 20,305'N ; 2º 18,114'E
La
fortaleza de la Sala se encuentra situada dentro del antiguo término del
castillo del Catllar.
Cuando este se derrumbó y se decidió no reconstruirlo, se convirtió en la
residencia habitual de la familia Descatllar.
Para desarrollar esta función fue necesario reformar y mejorar sus defensas.
Las primeras noticias que nos han llegado datan del año 1261, cuando Galceran
Descatllar cedió las dos fortificaciones a su hijo Ramón, en los capítulos
matrimoniales del heredero.
Como ya hemos comentado anteriormente, el derribo del castillo del Catllar
provocó que en 1362 la fortaleza de La Sala asumiera las funciones que
desarrollaba este. Esto fue posible gracias a un privilegio concedido por Pere
el Ceremonioso a Ponç
Descatllar.
La
fortificación sufrió serios desperfectos en los años 1427 y 1428 a causa de
unos terremotos.
De
ahí que la reina María autorizó a Ponç Descatllar a reparar el castillo, con la
fuerza de los brazos de cualquiera de los hombres que vivían en el término.
El
castillo perdió la condición de residencia habitual, cuando 1488 Damià
Descatllar se trasladó a vivir a Ripoll.
A
partir de ese momento las estancias de la familia cada vez fueron más
esporádicas.
El
pasado noble de este edificio no le ha servido para tener un presente igual de
esplendoroso, ya que se utiliza como almacén agrario.
Recientemente se ha restaurado, reparando su tejado y las aberturas.
Tiene planta prácticamente cuadrada, con un patio central, de reducidas
dimensiones.
El
edificio ha sufrido numerosas reparaciones y reconstrucciones a lo largo de
los siglos.
A
pesar de ello podemos diferenciar claramente dos etapas constructivas.
El
muro norte y la mitad de los muros este y oeste son los elementos más antiguos.
Presentan un espesor de un metro y numerosas aspilleras.
El
resto de muros, en cambio, presentan un grosor aproximado de medio metro.
Interiormente están reforzados con unos pilares adosados.
Muy probablemente estos muros corresponden a la reconstrucción realizada
después de los terremotos del siglo XV
Las aspilleras que podemos ver desde el exterior son en realidad la fila
superior de ventanas.
El
nivel inferior ha quedado enterrado por las diferentes aportaciones de
sedimentos hechas por río Ter a lo largo de los siglos y sólo es visible desde
el interior.
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