Provincia de Barcelona
Murallas de Caldes de Montbui
(Caldes de Montbui, Vallès Oriental)
41º 38,070'N ; 2º 09,654'E
Desde muy pronto, Caldes de Montbui
necesitó un recinto fortificado que la protegiera, pues entre los siglos IX y
XIII era el núcleo más importante del Vallès. Las primeras noticias sobre este
recinto fortificado datan del año 1102, cuando aparece en el
Liber antiquitatum, que se encuentra en el archivo de la Catedral de Barcelona.
Se cree que tenía planta ortogonal,
similar a las de las ciudades romanas de nueva planta, con cuatro portales,
orientados según los puntos cardinales. Así pues, en el norte estaba el portal
de Vic, al sur el de la Santa Esperanza, al este el del Sauce y al oeste el de
Santa Susana. Estos sufrieron numerosas modificaciones a lo largo de los
siglos y en algún momento se construyó una capilla en torno a cada uno de
ellos. A día de hoy, sólo se conservan parcialmente el portal y la
capilla de Santa Susanna. El portal actual es una reconstrucción hecha en el siglo XIX, pues el
original fue parcialmente derribado mucho antes.
También se desmontó el portal de Vic y
las dovelas del arco se trasladaron al cementerio de la ciudad, donde ahora
permiten el acceso a este recinto.
Precisamente hace unos años y con
motivo de la rehabilitación de un inmueble situado en el cruce de las calles
Vic y Escanyacans, salió a la luz un fragmento de la muralla junto al portal
de Vic. Este tiene unos 18 metros de largo por casi 7 de altura y conserva una
aspillera. Esta muralla tenía unos cimientos y una base de piedras ligeramente
trabajadas y dispuestas en hileras de aproximadamente dos metros y medio de
altura, sobre la que se encuentran las tapiadas o bloques hechos con tierra
arcillosa compactada.
En el siglo XIV, en el contexto de la
guerra que enfrentaba a Pedro III el Ceremonioso con Pedro el Cruel de
Castilla, el monarca hizo reformar y mejorar las defensas de muchas villas de
la Corona de Aragón, entre ellas las de Caldes de Montbui. Se aprovechan estas
obras para abrir un nuevo portal, el de Bellit, entre el del Sauce y el de Vic.
También se derriban algunas construcciones que se habían hecho en el foso o
bien que se habían adosado a la muralla.
Dos siglos más tarde, se produce una
cierta recuperación económica, que provocó el crecimiento demográfico y que
fuera necesario salir fuera de las murallas y se creó el arrabal del Remei,
junto al camino de Vic. Entre los siglos XVIII y XIX vuelve a producirse un
crecimiento demográfico y por lo tanto se construyen casas adosadas a la
muralla.
Sin embargo, la muralla sigue
desarrollando su función defensiva, especialmente en la Guerra de Sucesión,
concretamente cuando las tropas borbónicas atacaron la población el 14 de
enero de 1714.
Durante las guerras carlistas, buena
parte de la muralla había desaparecido, en parte integrada dentro de las casas.
Es por ello que se tuvieron que construir nuevas defensas para repeler los
ataques que Caldes de Montbui sufrió.
El fragmento mejor conservado de la
muralla lo encontramos entre el portal de Santa Susana y el
puente medieval. Aquí podemos encontrar más de 50 metros de muro, formado por bloques de
piedra sin trabajar, alineados y unidos con mortero de arena y cal.
Actualmente llega a alturas de entre tres metros y medio y cuatro, pero en
fotografías antiguas se puede ver que llegaban a los ocho metros.
En este tramo de muralla podemos
encontrar dos bestorres, separadas unos veinte metros. Están adosadas al muro,
pero que forman un cuerpo independiente de unos cinco metros de largo por dos
de ancho.
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